De repente, el otro
A lo largo de al menos un par de años me he ido encontrando fotografías tipo carnet, de gente totalmente ajena a mí, perdidas en el suelo, quizás tan perdidas como yo cuando de repente me las he encontrado. La casualidad del encuentro ha hecho de la experiencia un cara a cara real, esos otros realmente me estaban esperando, me estaban mirando, a mí.
La identidad personal se construye a partir de la mirada del otro que nos complementa y al mismo tiempo nos objetiva, tomando así consciencia de nosotros mismos, existimos. No somos seres completos, necesitamos de un alguien que forme parte de nosotros, un alguien por el que ver y por el cual ser vistos.
Dibujando los rostros de las fotografías encontradas trato de buscarme a mí misma, me autorretrato a través de su propia identidad. Manteniendo mi rostro como fotografía superpongo los trazos del dibujo como una máscara por la cual yo veo, me escondo, me camuflo, me protejo…. una máscara de un otro que me complementa, me constituye y me guía.
Se trata de un proyecto en continuo estado de ampliación ya que donde quiera que vaya no he parado de encontrarme con otros que me están mirando.