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Entre bambalinas

El telón está a punto de bajarse o quizás esté a punto de subirse dejando al descubierto al espectador, dejándome al descubierto. El silencio se hace absoluto cuando empieza la función y las palabras se callan antes de proyectarse en el espacio vacío de mi particular teatro. Actor anónimo de presencia latente y mirada indiscreta, actor sin guión en un mundo teatral.

Cotidiana puesta en escena de un incómodo escondite de niño atemorizado entre pesadillas, de un refugio de objetos cegados por la gravedad. Las cámaras y las luces dan comienzo al espectáculo, un viaje al lugar más conocido, un periplo al interior de lo desconocido. Fotogramas de un largometraje que se está rodando, invención de personajes imaginarios con papeles intercambiables. Tal vez el guión esté escrito, tal vez se haya perdido como extranjero sin destino. Todo es falso, de mentira, donde el mentiroso es capaz de mentirse a sí mismo. Un simulacro de lo real, una realidad cambiada por el punto de vista. Ovación en pie, suenan huecos aplausos de un público cansado de un espectáculo irracional y desmesurado, interminable.