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Figuras decorativas

La cultura popular nos dirige hacia un sistema mimético resuelto a través de imágenes reproducidas en masa; imágenes impactantes y de ligera digestión que reciben de inmediato el feedback de miles de usuarios. Pensemos por ejemplo en el actual tributo al cuerpo y la consecuente pérdida de identidad derivada de la excesiva estetización de la figura humana. La procura de un canon estereotipado desvirtúa el carácter genuino de cada cuerpo como ente singular, generando un modelo único donde el cultivo de la personalidad queda relegado a un segundo plano.

Figuras decorativas plantea un acercamiento al cuerpo desde una orientación contemporánea que se resuelve a través de la fotografía y la videoperformance. En esta ocasión, Verónica Vicente propone convertir el cuerpo literalmente en objeto decorativo. Los límites corporales quedan definidos no como entidades humanas sino como materia propia de los objetos. A través de una puesta en escena adecuadamente seleccionada y una composición equilibrada, sus imágenes nos asoman a lujosos espacios interiores, habitaciones perfectamente acondicionadas en las que sobresale un elemento por encima del resto; una figura extraña que destaca sobre el fondo y permite advertir cierto perfil antropomórfico oculto bajo diferentes estampados téxtiles. El resultado es completamente estético, atractivo, el cuerpo se cincela para adaptarse al medio tomando una postura que no le es propia y renunciando a su estado anterior.

A través de la performance, la artista reincide en la cuestión identitaria acudiendo a la gestualidad para resaltar la condición humana oculta bajo todos esos cuerpos (di)simulados. El gesto se vuelve ahora definido y concreto, reivindica su espacio a modo de sutil coreografía, busca la huida como una lucha interna por despojarse de la pieza de ropa que le oprime. La quietud de la imagen solo es interrumpida por el ritmo de la figura oscilante que se muestra ante la cámara vacilando entre lo vivo y lo inerte, a medio camino entre lo físico y el ornamento.

En un tiempo en el que el cuerpo ansía la metamorfosis y la virtualización del yo se perpetúa, si trascendemos las connotaciones socio-culturales adivinamos en el trabajo de Verónica Vicente una imponente carga emocional. Sus imágenes nos sitúan en el mundo como objetos mientras su mensaje nos reivindica como sujetos; como individuos sensibles.

Texto de Sara Donoso